lunes, 11 de enero de 2016

Nochevieja en Marruecos (parte I)



Buenos días a tod@s!!

Qué tal habéis empezado la semana? Seguro que muchos de vosotros acabáis de volver de las vacaciones de Navidad. Pues he pensado que la mejor manera para empezar es que os cuente como surgió y como fue nuestro último viaje del año, allá voy!!



Cuando unos amigos te proponen pasar la Nochevieja en Marruecos uno no se lo piensa demasiado, es ahora o nunca...
Y eso es lo que nos ocurrió a nosotros a principios de Diciembre. Iríamos a pasar unos días a Asilah, exactamente del 30 de Diciembre al 3 de Enero. Sería pasar por primera vez la noche de fin de año fuera de casa.

Ryanair me llevó de nuevo a disfrutar...

Pues eso, el día 30 cogimos avión rumbo a Tanger, una vez pasado el control del aeropuerto recoger maleta y demás fuimos a alquilar un coche.
Me pareció realmente surrealista que 6 de las 8 compañías de alquiler no tuvieran ningún coche, solo Sixt, que dada mi experiencia en Alemania me fastidiaba bastante darles un euro y otra que no conocía pero que es donde alquilamos un Dacia sin ninguna "comodidad" y encima lleno de mierda...eso sí muy económico.

Cogimos el coche y nos fuimos a conocer la medina de Tanger, el tráfico allí es de película, lo de las reglas de tráfico se lo pasan por el forro, pero puede llegar a ser muy divertido, cuando una no conduce, claro!
Paseamos por su Medina y comimos en ella. La primera comida fue un manjar, sin duda sabía que Marruecos no iba a defraudarme.

Vistas de Tanger
Después de pasear un rato y tomarnos el te mirando el pueblo y el mar, decidimos coger el coche e ir hacia Asilah, el que sería nuestro hogar durante 4 días.

Llegamos a Christina's House, así se llamaba el lugar donde nos alojamos, al rededor de las 18:30 de la tarde y conocimos a Sally, una madrileña afincada allí desde hace unos 4 años. Ella lleva la "casita". Nos llevó a las habitaciones y nos enseñó el resto de la casa.

Rincones de la casa
Es preciosa, muy acogedora y lo mejor de todo, a parte de la tranquilidad, la gran terraza que tiene.

Parte de la terraza
Decidimos dejar las maletas y salir a echar el primer vistazo del pueblo. Fuimos a reservar la cena de Nochevieja a un restaurante que se llama "Dar Al Maghrebia"  un restaurante con comida típica marroquí y que la dueña es Merche, una toledana encantadora que lleva ya 29 años allí.
Tomamos unas cervezas en unos de los pocos sitios donde la sirven, allí no hay carta sino que te van sacando tapas según les parece, la verdad es que todo estaba riquísimo y aunque bebiendo alcohol siempre es más caro, cenamos por  "dos duros". Ah! el salón de té que es lo que era se llama Lixus, como las ruinas que hay en Larache y que visitaríamos un par de días después.

¿salón de té? aquí se bebe más cerveza que en Alemania!!
La mañana del último día del año amaneció despejada y con un precioso cielo azul.

Vistas desde la habitación
Ese día después de desayunar decidimos que conoceríamos el mercado de los Jueves y más tarde pasearíamos por las calles de la Medina, comeríamos en algún puesto pegado a la muralla, para por último arreglarnos y celebrar la cena de fin de año.


Después de pasear por Asilah durante un largo rato para conseguir un carro y poder llegar al mercado, decidimos hacer una parada y tomarnos un zumo rico rico y con mucha vitamina por 1,5€.

aguacate, naranja, fresas y kaki
La verdad es que íbamos un poco perdidos y preguntamos a un chico, super amable, que nos acompañó a una calle por la que podríamos llegar mejor al mercado, la verdad es que las calles por las que nos metió no daban mucha seguridad, pero como en todo...los prejuicios superan la realidad.

El mercado estaba a las afueras del pueblo y cuando llegamos nos metimos de lleno en la rutina de los habitantes de allí.
Algo que me sorprendió fue ver puestos con gallinas y que tú eliges una, te la "preparan" y te la llevas a casa.

Esperando mientras le despluma la gallina
Está lleno de campesinas bereberes vendiendo sus verduras, gente que vende ropa usada o aparatos electrónicos.



Te sorprende ver los burros con sus alforjas llenas de verduras, o los carros llevando el puesto de cada uno, es retroceder en el tiempo unas cuantas décadas...


Este es el tipo de carro en el que queríamos montar

Después de disfrutar de sus costumbres y de comprar en sus puestos de aceitunas, especias o dátiles, decidimos coger para la vuelta un motocarro, el viaje al pueblo fue increíble, montados los 4 en el carro y sufriendo cada bache en nuestro querido cuerpo, pero sin duda la experiencia es única y encima super barata, como todo allí.

Después de comer y seguir disfrutando de la comida marroquí paseamos por la medina y disfrutamos del último atardecer del 2015.

Despidiendo a el Sol y pensando en el mañana
No podría terminar el año sin él
Cuando el sol se ocultó por última vez en 2015

Como os dije, después nos fuimos a arreglar y a maquillarnos el ojo con Kohl, que son unos polvos de color negro que utilizan las mujeres de allí y se supone que es bueno para limpiar el ojo y protegerlo de la luz solar,.
Mi amiga Eli empezó a pintarse y la pobre parecía un "oso panda", ya que empezó a llorarla el ojo, cosa que es bastante común, creo que no elegimos el mejor momento para hacer experimentos jajaja, pero al final el resultado mereció la pena, estábamos las dos monísimas!! Y con los ojitos bien limpios!

¿se aprecia la raya?
Llegamos al restaurante y nos recibieron como si fuéramos amigos de la familia, nos sentaron en una mesa estratégica para lo que después nos depararía la noche...

Cenamos de maravilla, nos pusieron unas mini pastitas con canela, cominos, también picantes...
Luego nos trajeron la ensalada de la casa, unos mini briuat de pollo y saquitos verduras.
De segundo podíamos elegir entre tajine de pollo o de carne. La verdad es que pedimos dos y dos, así pudimos compartir, los dos estaban exquisitos, pero yo me quedo con el de carne y esa mezcla de almendra y ciruelas pasas.
De postre nos pusieron una tarta de nueces y dulces típicos.

Como para pasar hambre!!

A las doce de la noche (de allí), el camarero sacó un pandero y empezó a dar las "campanadas", fue muy divertido comenzar el año tomado las uvas de otra manera. Después de felicitarnos el año entró en el restaurante un grupo folclórico de la zona, estuvo super divertido y lo vimos fenomenal ya que Merche nos puso una mesa estupenda.

El camarero sirviendo el té.
Ya más tranquilos nos tomamos un té y nos ofrecieron dulces Navideños, pero esta vez españoles. Tras disfrutar de la música, la comida y la compañía decidimos que era momento de irnos a la cama y empezar el año descansados.

Desperté el primer día del año con optimismo y con la seguridad que este 2016 me traerá cosas muy buenas...

Después de desayunar uno de los ricos desayunos que nos preparaban cada mañana, cogimos el coche y nos fuimos rumbo a Larache, ese día fue muy largo... pero eso mejor lo dejamos para la próxima semana.


Feliz semana y puntitos para tod@s!!





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